Montañas antiguas la de mi
Galicia. Sinuoso y serpeteante se muestra el Sil, con su paso cierto y jalando de
monasterios y vino de la mejor catadura, aunque años atrás algunos de sus viñedos abandonados.
Hoy al
amanecer recorreré los
rincones del Mones que durante la niñez llenaban mis ilusiones, casi nunca cumplidas. Recuerdo, especialmente las horas de riego partidas, incluso las de la
noche para dar al Troyal su cumplida catadura a su cosecha. Dirigirme hacia la igleisa, siempre presente y a
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