La última vez que he pisado esa hierba al lado de la
iglesia es para mi imborrable, lo digo por que las personas que me acompañaban ese día ya nunca jamás volveran a hacerlo, a pesar de todo, cuando acudo a su lado les hablo con mucha naturalidad, como si me escucharan les cuento cosas, les digo que estoy a su lado... Y esa mañana en la q los ojos se nos abrieron de alegría por lo bien cuidado que estaba el conjunto perdurará por siempre, así como el brillo de sus ojos dando ese
paseo que ellos presentían
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