Sabes, que la bruja
noche me envolvió en su
manto y llenó de abrazos las ansias de mi alma.
Culpable fue la noche, que enzarzó mis sueños, entretejió ilusiones y sembró los recuerdos.
Ya el abrazó acabó, sólo queda la morriña de unos sueños enterrados en las tierras de
Galicia.