La primera cosa que debería hacer cualquier viajero en cuanto pise A Guarda es visitar el Monte de Santa Trega (Santa Tecla en castellano) y su imponente castro galaico, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional (no es para menos) y Bien de Interés Cultural. La historia de este importante castro daría para un capítulo completo ya que, según indican los petroglifos encontrados en el monte, allí vivieron pueblos de la etapa final del Neolítico gallego, 2000 años antes de la construcción del castro. Se cree que el castro tuvo una ocupación continua entre los siglos I a. C. y II d. C. y a partir de ese momento vivió un proceso de abandono.