Fue declarado
Monumento Histórico
Artístico Nacional en el año 1931 y también tiene la consideración de Bien de Interés Cultural. En varias de las
piedras del
monte se encuentran petroglifos elaborados 2.000 años antes de la ocupación del castro, por lo que, según la tesis mantenida por Antonio de la Peña
Santos, director de las últimas campañas de excavaciones sistemáticas en la década de los ochenta, tuvo una ocupación continuada entre los siglos I a. C., al poco de comenzar el proceso de romanización de
Galicia, y el siglo i d. C., y a partir de ese momento comenzó un lento proceso de abandono, que bien pudo haber sido interrumpido con reocupaciones esporádicas temporales en época tardorromana.