Pero de nuevo Santa Trega vuelve a sorprendernos con una ruta de miradores muy especial que nos conduce a través de senderos y caminos forestales hasta 16 bancos tallados en madera, situados en enclaves estratégicos para contemplar desde ellos la desembocadura del Miño y el estuario de este río. Pero eso no es todo, pues allí arriba se pueden atisbar la grandeza del Océano Atlántico y los municipios portugueses de Caminha y Vila Nova de Cerveira.