En la punta de
Santa Tecla, esa
esquina suroccidental de
Galicia que comparte la desembocadura del Miño con
Portugal, se alza un pequeño
monte que hospedó uno de los mayores poblados celtas del nordeste de la Península. Hablamos del monte Santa Tecla –Santa Trega, en gallego– y del castro del mismo nombre. El castro de Santa Tecla es el más emblemático y visitado de Galicia y no nos extraña nada. Una citania –ciudad fortificada prerromana– relativamente bien conservada, un pequeño
museo con piezas únicas y unas vistas sensacionales.