En tiempos de la reconquista y tras varias repoblaciones, el monarca Alfonso II concedió el coto de
caza de la desembocadura del Miño al conde de Sotomayor, no obstante en la segunda mitad del siglo xi La Guardia y en mayor o menor medida la desembocadura del
río Miño estuvo ocupado por
pueblos normandos que escaparon a la dominación tanto del poder del Obispado de Tuy como de la autoridad del Rey García I de
Galicia.