La población se "echó al
monte" se dejó a mujeres e hijas en los altos de
Burgueira y de la Groba, incluidas las monjas. Solo quedaron los varones que casi inmediatamente comenzaron a organizarse en milicias. La guarnición del
castillo se dirigió hacia Caminha donde comenzó a planear una reconquista contando con el apoyo de las fuerzas portuguesas mientras que en
A Guarda se llevaban a cabo operaciones de sabotaje y escaramuzas a modo de emboscadas en colaboración con vecinos de otros
pueblos mientras que Soult esperaba la mejor ocasión para cruzar el
río e invadir
Portugal, cosa que no pudo por una crecida.