Esta
finca fue propiedad de los Condes de Canalejas, una zona de recreo que formaba parte de la
Casa-
Torre de
Aldán hasta principios del siglo XX.
Entre sendas y un bosque autóctono en el que se entremezclan otras especies introducidas por los Condes en su momento, se encuentra la
fachada de un pequeño
castillo, el Castillo de Frendoal, que nunca se llegó a terminar, con foso,
puente levadizo y
acueducto, conocido
como
Arco da Condesa. Es el culpable de dar ese aire de cuento de hadas al entorno, un lugar mágico.