Lo más particular es que dicha
cúpula se apoya en dos pares de
arcos paralelos dos a dos que no se unen en su centro sino que forman un cuadrado. Este sistema es deudor de las
cúpulas cordobesas aunque también se usan en otras
iglesias románicas españolas como algunas segovianas (
San Millán y Vera
Cruz). La diferencia estriba en que, además, se añadieron en
Armenteira cuatro nervios que parten desde las trompas a los puntos de intersección de los arcos antes citados.