Esta lucha de la población le valió para que en el año 1170 Fernando II, Rey de
León, le concediese el título de “Muy Leal Villa” iniciándose entonces un período de esplendor, que queda reflejado en la multitud de pazos existentes en el municipio pertenecientes principalmente al s. XVII y al s. XVIII. Las dimensiones, junto con los
escudos que exhiben, además de las
torres, solanas,
capillas y
jardines hacen de los pazos construcciones admirables. Como dice el refrán, “si tiene
palomar,
capilla y
ciprés, pazo es”.