El
edificio se convirtió entonces en cuartel de adiestramiento
militar, del primer batallón del Salnés, y posteriormente en
escuela y cárcel. Finalmente fue demolido y las
piedras de las cortes y otras dependencias se utilizaron para el malecón del
paseo de A Calzada, para la alameda de
San Tomé y para empedrar la
calle que da acceso al
convento, hoy en día calle Padre Peña. El templo sustituyó a la antigua
iglesia parroquial de
Santa Mariña. En su interior se encuentran los enterramientos de sus fundadores D. Juan Daval y Dña. María Pérez, siendo de estilo
gótico marinero, presenta también rasgos renacentistas.