PARADOR DE CAMBADOS
Llegamos al parador de Cambados
que de Emilia Pardo Bazán fue pazo,
y en su jardín un ruiseñor va al paso
con sus melodías a los recién llegados.
Más allá Cabanillas, estatuado.
Poesía y música, albergue y descanso,
el Atlántico bravío, aquí es remanso,
su brisa, caricia de enamorados.
Edificio en su interior entrañable,
como son los de su naturaleza:
grandes estancias, buenos materiales,
resumen de su pasado mudable,
actual señorío, poderío y nobleza,
marchamo de aquellas clases sociales.
Llegamos al parador de Cambados
que de Emilia Pardo Bazán fue pazo,
y en su jardín un ruiseñor va al paso
con sus melodías a los recién llegados.
Más allá Cabanillas, estatuado.
Poesía y música, albergue y descanso,
el Atlántico bravío, aquí es remanso,
su brisa, caricia de enamorados.
Edificio en su interior entrañable,
como son los de su naturaleza:
grandes estancias, buenos materiales,
resumen de su pasado mudable,
actual señorío, poderío y nobleza,
marchamo de aquellas clases sociales.