Parece mentira que haya individuos que se dediquen manchar
fachadas,
monumentos, o como en este caso,
hórreos que durante generaciones han cumplido una misión importante en el mundo rural gallego y que ahorra adornan
parques y otros lugares urbanos y, por supuesto, continúan con su presencia en aldeas y
parroquias donde prestan el servicio para el que fueron concebidos. Los pintamonas que pululan por toda la geografía, no solamente son unos ignorantes y vándalos, son también imbéciles que pierden
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