Sus viviendas y construcciones constituyen uno de los más claros ejemplos de la
arquitectura tradicional gallega. Conserva la estructura y el estilo arquitectónico de entre los siglos XVIII y XIX, así que caminar por sus hermosas callejuelas y su
paseo marítimo siempre es un auténtico placer. Al fin y al cabo, su ubicación contribuye a que el conjunto resulte todavía más especial.