Así, las
piedras circulares que puedes observar sobre cada una de las
columnas que los sostienen se denominan tornarratos, un diseño destinado a que los ratos (ratones) no puedan acceder a su interior. No es de extrañar que nos refiramos a
Combarro como tierra de
hórreos si tenemos en cuenta que en este pequeño
pueblo de unos 1700 habitantes encontrarás alrededor de 60 de estas construcciones típicas.