Las
casas de
Combarro se construyeron sobre la base de granito de su costa para ahorrar cimientos y terreno laborable. A la acumulación de granito sobre granito contribuyen también los más de 30
hórreos que desfilan hasta el
mar para mostrar su vocación compartida terrestre y marinera, pues además de almacenar maíz, sirven para secar boquerones y sardinas. Son de los siglos XVIII y XIX.