De los dos cruceiros que se encuentran en la
plaza de
San Roque, el primero que nos encontramos es de construcción muy sencilla, ya que no cuenta con ninguna figura adosada a la
cruz. Otro dato a tener en cuenta cuando hablamos de los cruceiros es que antiguamente todos ellos solían tener un pequeño
altar delante, aunque hoy en día tan sólo se conservan unos pocos ejemplos. Se ha comprobado que estos
altares se utilizaban para posar los ataúdes en las marchas fúnebres
camino de la
iglesia. Allí se rezaban unas breves plegarias hasta completar el recorrido.