Al llegar a
Combarro se tiene la falsa sensación de estar ante un
pueblo costero más de los muchos que hay repartidos por todo el litoral de la comunidad gallega. Pero en cuanto dejes atrás la amplia Praza da Chousa y te introduzcas en su caso histórico a través de la estrecha y empedrada Rúa
San Roque sabrás de inmediato que no estás ante un pueblo más. Y no sólo por sus
hórreos.