Pueblo precioso, con un buen número de hermosos
hórreos; dicen, que el pueblo donde más hay. Están impecables, como esperando revista; la
piedra y madera combinan a la perfección con la ría y el resto del pueblo. Es una gozada pasar una jornada en esta localidad, recorrer sus
rincones, admirar el tipismo de su
arquitectura y sentarse en alguno de sus
bares a tomar una copa de buen vino de la tierra con los productos de la ría.