Entre las Rías de Vigo y
Pontevedra, en el punto más occidental de la península del Morrazo, se encuentra la Costa da Vela. Este es un mundo
virgen en el que el
mar y los
pinos son los dueños del
paisaje. Aquí las vistas son de una belleza espectacular.
Como la puesta del sol desde el
Faro de Cabo Home, uno de los más altos de
Galicia. O los
acantilados de
Donón, de más de 150 m de altura y contra los que el mar se bate furioso. O la
playa de Melide, con las islas Cíes enfrente, casi al alcance de la mano, y desde la que no es raro ver a delfines jugando en el
agua. O ya en la ría de Vigo, las paradisíacas
playas de
Nerga y Barra, esta última nudista, de
aguas transparentes y rodeada de pinos que llegan casi hasta la arena.
Y dominando el
cielo y la tierra, el mítico
Monte do Facho, antiguo castro y
santuario celta. Está solo a 160 m sobre el nivel del mar pero su emplazamiento es magnífico para no perderse nada, desde Cabo Silleiro a Cabo Fisterra.