En el atrio de la
iglesia comienza un atractivo
VÍA CRUCIS compuesto por catorce
estaciones, cuyo origen más primitivo lo sitúa en los siglos XVII-XVIII, aunque algunas
cruces fueron sustituidas posteriormente. El ascenso hasta el cercano
Calvario situado junto a un señorial
edificio, nos muestra una bonita panorámica de esta
parroquia; de las
aguas del
Río Miño que la bañan y de las tierras vecinas portuguesas.