¡Debo confesar Señor!
Que alguna vez de mañana,
Me despertó el tintineo sonar de la vieja campana.
Ella, mi sueño alteraba, y yo enojada evocaba,
! A aquel viejo refrán de aldea:
Que la cuba del buen vino, no necesita bandera.
! Debo confesar Señor!
Que otrora me molestaba,
Su fúnebre repicar, que funesta proclamaba,
A álguien que de Goián,
Para siempre se ausentaba.
! Perdonádme Vos oh Dios!
Disculpádme vos campanas,
Que llamais a la oración en vuestro humilde pregón,
entrada ya la mañana.
Campanas que de Goian han, de tañed por mi memoria,
Por favor, no soneis triste
Que de lejos yo oiga: como repicais a Gloria.
.
Que alguna vez de mañana,
Me despertó el tintineo sonar de la vieja campana.
Ella, mi sueño alteraba, y yo enojada evocaba,
! A aquel viejo refrán de aldea:
Que la cuba del buen vino, no necesita bandera.
! Debo confesar Señor!
Que otrora me molestaba,
Su fúnebre repicar, que funesta proclamaba,
A álguien que de Goián,
Para siempre se ausentaba.
! Perdonádme Vos oh Dios!
Disculpádme vos campanas,
Que llamais a la oración en vuestro humilde pregón,
entrada ya la mañana.
Campanas que de Goian han, de tañed por mi memoria,
Por favor, no soneis triste
Que de lejos yo oiga: como repicais a Gloria.
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