Solo quería animarle.
Dos hombres muy enfermos ocupaban la misma habitación de un
hospital. Uno podía sentarse en una cama durante una hora al día y su cama estaba junto a la
ventana. El otro debía permanecer tendido en la cama.
Hablaban durante horas sobre sus esposas,
familias, trabajos, cuando iban de vacaciones.
Cada tarde, el hombre que podía sentarse describía a su compañero el
paisaje que podía describir a su compañero el paisaje que podía ver desde allí. El hombre de la otra camacomenzaba
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