Magnífico cruceiro ubicado en el atrio de la
iglesia parroquial de O
Hío. Construido en un solo bloque de
piedra, muestra una excelente labra y una rica ornamentación. Toda la obra está impregnada de un exacerbado simbolismo iconográfico, desde la basa con las ánimas del purgatorio, el fuste destinado a la expulsión del Paraíso de Adán y Eva, hasta la
Cruz, con la representación del Descendimiento. Esta escena, cargada de dramatismo, acoge las figuras de
Cristo con dos hombres, uno a cada lado de la Cruz, Magdalena, Nicodemo, Juan de Arimatea,
San Juan y la
Virgen María. Todo el conjunto es obra del
escultor pontevedrés Ignacio Cerviño quién lo llevaría a cabo hacia el año 1872.