Estuve hace unos años el el camping de Limens y logicamente recorri toda la peninsula del Morrazo. Todo el paraje es alucinante, pero si algo me djo fascinado fue el pueblo de Hio, con su crucero, su iglesia y ese cementerio que por la noche al salir de cenar de un bar que creo se llamaba Maria detras de la Casa del Cura nos dejo impresionados y hasta con cierto miedo. Fascinantes sus alrededores y sus playas medio salvajes con sus dificiles accesos. De la gente ni hablamos; con ese carazter gallego, tan peculiar para los de tierra adentro es la gente mas encantadora y amable que yo he encontrado nunca. Lo recomiendo a cualquiera que quiera conocer Galicia.