Esta
escultura de 4 m de alto situada en el nuevo
paseo marítimo de la localidad pontevedresa de
Moaña, obvio
homenaje al dios del
mar Neptuno, recibe su nombre por llevar una fisga o tridente en su mano. Realizada en
piedra por el artista local Manuel Varela, se convirtió desde su instalación en 2010 en un símbolo del frente marítimo de Moaña.