La
capilla de
San Caralampio de La Toja tiene la originalidad, que no la exclusiva, de estar cubierta por cochas de vieira, un gran aislante natural de la humedad.
Fruto de la remodelación que se hizo de una
ermita del s. XII, no se ha visto afectado por el tiempo sino por las modas: al igual que pasa con la colocación de candados en algunas barandillas de los
puentes más emblemáticos, aquí hay multitud de nombres escritos en las conchas. Un hecho que, sin duda, no le resta belleza. La planta del
edificio es de
cruz latina y dispone de varias
cruces situadas en los remates superiores de las naves. La entrada principal es la zona más elevada del edificio con una acogedora
torre-
campanario. Los alrededores de la capilla son especialmente bonitos, pues se encuentra entre
jardines y muy cerca de la primera
fábrica de jabón.
La ermita de la isla de A Toxa, dedicada a San Caralampio y a la
Virgen del Carmen conserva su culto desde el siglo XII, siendo una de las más singulares de toda
Galicia.
Recubierta de conchas de vieira, llama nuestra atención en el centro de la isla. Su interior es modesto y con cierto aire marinero.