Glorieta de Vigo: Se encuentra al final del
paseo de la Corredera, desde ella se tiene una amplia panorámica de la ribera del Miño y es donde se sitúa el
monumento al
caballo salvaje.
Jardines de Troncoso: Lugar de encuentro y tranquilo paseo, fue realizado sobre el recorrido de la antigua
muralla de los siglos XVII-XVIII.