Cerca de las
calles empedradas del
barrio judío se encuentra el
Convento de las Clarisas. Desde inicios del siglo XVI vive en este convento un grupo de beatas y al convento se suele referir también como el Convento de Las Encerradas. Sus principales atracciones son el
retablo mayor de su
iglesia del siglo XVII y las peces de
almendra (un dulce típico de la ciudad) que preparan las monjas.