E incluso, se documenta de forma fehaciente la presencia de dos sinagogas de la importante colonia judía durante la Edad Media. El
edificio catedralicio actual comenzó a tomar forma a lo largo del siglo XII tras los convulsos períodos de invasiones sarracenas y normandas cuando la ciudad es erigida nuevamente como sede episcopal. Es entonces cuando los obispos, con el apoyo de reyes y nobles, impulsan la construcción del templo consiguiendo para este fin numerosos privilegios y concesiones. La presencia de
murallas y fortificaciones denotan el carácter defensivo de la ciudad, dada su importancia estratégica como cruce y confluencia de
caminos.