Merecen especial atención la
bóveda nervada con pinjantes en sus intersecciones, e igualmente el llamativo
altar-relicario que cubre el muro central presidido por la imagen del patrón de la ciudad,
San Pedro González Telmo, cuyas reliquias se custodian en esta
capilla junto a otras guardadas en los diversos armarios y compartimentos que conforman el
retablo, realizado en el siglo XVIII en madera sobredorada.