Nos dice
San Agustín, padre y doctor de la
Iglesia que “quien canta, dos veces reza”. La contemplación en detalle de los soberbios
órganos barrocos de la
Catedral de
Tui, realizados en el siglo XVIII y rematados por las imágenes de San Telmo y Santiago Apóstol, nos hará comprender cómo la
música es también una forma de
arte y, en un espacio sacro de primera magnitud como es esta catedral, también una forma de honrar a Dios.