Vigo es la ciudad más grande de
Galicia y de todo el noroeste español. Se localiza al sur de la Comunidad Autónoma de Galicia, y es bañada por el océano Atlántico, lo que va a incidir en el desarrollo y las actividades de su población a lo largo de la
historia.
Vigo es una ciudad asentada al borde de la ría a la que da nombre, ascendiendo por las laderas del
monte Castro y hoy, con su expansión urbana, rodeando y sobrepasando ampliamente este emplazamiento inicial.
Vigo es, ante todo, ciudad moderna, dinámica, trabajadora e industrial, de reciente expansión, a pesar de lo cual no podemos olvidar sus remotos orígenes y sus agitados avatares históricos.
Como las otras urbes, las primeras noticias fidedignas datan de época
romana, en la que Vicus Spacorum (así parece estar identificada según el itinerario de Antonio Pío), desarrolla ya una intensa actividad ligada al
mar y a sus recursos, con su población instalada en los
barrios del Arenal y el Berbés. Sin embargo, esta población ascenderá por las laderas del Castro huyendo de los ataques normandos en la alta Edad Media.
Posteriormente Almanzor, en sus correrías por Galicia, arrasa la ciudad, que se reconstruye pronto y mantiene una población bastante numerosa a escala regional, como lo confirma el hecho de que en el siglo XV le fuese otorgada el rango de villa. Otras calamidades posteriores (la peste en el XVI, los ataques de Drake, las invasiones turcas en el XVII que llevaron a su fortificación por parte de Enrique IV, la falta de privilegios reales en el
comercio exterior que fueron otorgados a Bayona y a
La Coruña, etc...), no impidieron que siguiese manteniendo un crecido vecindario sostenido gracias a una floreciente actividad derivada de la
pesca y las industrias del mar.
Los Galeones de Rande.... 108 millones de piezas de oro, plata y otras mercancías preciosas, entraban en la Ría de Vigo el 15 de octubre de 1702, procedentes de Méjico, una flota compuesta por 19 galeones y protegida por 23
barcos de escolta franceses, con el cargamento más rico llegado de América desde el Descubrimiento.
El desembarco de los tesoros se demoraba un mes, para entonces una escuadra anglo-holandesa ya había penetrado en la Ría de Vigo, librando una histórica y feroz batalla contra la flota hispano-francesa.
Se hundieron 40 naves repletas sus
bodegas del magnífico tesoro.
Se especula con cuarenta millones de piezas robadas por los ingleses. Un millón pudieron recuperarlo. El resto del cargamento forma parte del fabuloso tesoro que descansa aún en el fondo de Rande.En el siglo XVIII tiene lugar un hecho destacado que influirá notablemente en su devenir, la llegada hacia mediados de la centuria de inmigrantes catalanes que recalan en buen número en Vigo para desarrollar labores pesqueras, comerciales e industriales. De esta forma la ciudad se convierte en le primer
puerto español de
pescado salado, acrecentándose las tareas mercantiles e industriales.
En 1809 es tomada por los franceses, aunque su rápida reconquista y su papel en la liberación del resto de Galicia, le lleva a alcanzar el rango de ciudad con los títulos de "fiel, leal y valerosa".
Aunque con la ordenación territorial de 1833 no alcanzó la capitalidad provincial, sí consiguió un año más tarde ser declarada puerto de depósito de primera clase, categoría que le había sido reiteradamente negada durante varios siglos en favor de Bayona y La Coruña, impidiendo el desarrollo de su comercio exterior.
El desarrollo de las actividades económicas ligadas al puerto se ve complementado a finales del siglo XIX con la mejora de las comunicaciones terrestres.
Respecto a su evolución morfológica debe destacarse la gran expansión de fechas recientes. Hasta el derribo de las
murallas en 1860, la ciudad quedaba constreñida en un pequeño recinto, conformando un plano de
calles y construcciones irregulares, de trazado antiguo agravado por el emplazamiento topográfico; extramuros aparecían algunos barrios típicos de pescadores (Arenal y Berbés).
El 3 de noviembre de 1853 sale a la
calle el primer número de
Faro de Vigo, bajo el impulso de su creador D. Angel de Lema y Marina. 152 años después, Faro de Vigo es el diario decano de la prensa nacional. Antes de fin de siglo, en el transcurso de 44 años, verían la luz en nuestra ciudad otros 58 periódicos de la más variada orientación. Esta inusitada proliferación periodística es buena prueba del ebullir de ideas y proyectos que reina por aquellos años en la ciudad. En 1910 se fundo la Asociación de la Prensa de Vigo, heredera y continuadora de esta fecunda
tradición periodística de nuestra ciudad, que tiene el orgullo de ofrecer el ejemplo vivo de un diario secular, decano de la prensa española.
El desarrollo económico y el crecimiento demográfico durante el siglo XVIII hacen que sea insuficiente el antedicho espacio
amurallado y que crezcan estos barrios exteriores, sobre todo el del Arenal, que es donde se instalaron los catalanes, así como los del Berbés, Falperra y Salgueiral. El continuo progreso provocó el derribo de las murallas de tal forma que se engarzó el núcleo antiguo con los exteriores a través de
plazas que ocupan el lugar de las
puertas de fortificación. La primera expansión tras la demolición se orienta hacia el este, siguiendo unas líneas marcadas por el mar y el monte Castro; surgen las calles de Policarpo Sanz, García Barbón, Príncipe y Urzaiz, que hoy constituyen quizá la parte más vital de la ciudad. Sucesivos proyectos de ensanche intentaron canalizar ordenadamente un crecimiento desorbitado y caótico sin conseguirlo en absoluto.
La anexión del municipio de
Bouzas en 1904 y
Lavadores en 1941 agrandó su término administrativo, acogiendo a áreas hacia las cuales la ciudad se había desarrollado siguiendo el desorden urbano. En los años finales de la primera mitad del siglo, se abre la gran arteria de la ciudad olívica, la Gran
Vía, que supera hacia el sur los límites topográficos establecidos por el Castro (una de las zonas verdes de la ciudad junto con el
Parque de Castrelos o popularmente llamada
Finca de la Marquesa y el Monte de La Guía).
Mas tarde se construyen polígonos residenciales, entre los que destaca el de Coia, que no acaban de solucionar el problema urbanístico que sufre Vigo debido a su expansión y cuyo máximo exponente ha sido la prolongación de la autopista del Atlántico hasta el centro mismo de la ciudad, proyecto hoy abandonado.
Aparte de lo que es el casco urbano, Vigo ejerce su influencia sobre una amplia área metropolitana que se extiende a ambos lados de la ría, y que provoca un desarrollo de los municipios limítrofes, en los que se encuentra una válvula de escape para la industria y para la residencia de muchos vigueses. (Ejemplo de ello es Redondela, Nigrán, Bayona, Gondomar, Porriño,
Cangas,
Domaio, etc).
Prueba del gran crecimiento reciente que ha tenido la ciudad la tenemos si analizamos la evolución de sus efectivos poblacionales. De esta manera, si en 1.900 alcanza los 18.505 habitantes esta cifra es ya más del doble de la que tenía 30 años antes y bastante menos de la mitad de la que alcanzará 30 años después. En la década de los 60 superados 100.000 habitantes y en 1.986 tenía 211.581. El total del municipio es de 287.000 habitantes dato actual (1997). Tomando 1.900 como base 100, superó en 1.986 en índice de crecimiento 1.000, que es el más destacado de las siete grandes ciudades gallegas.
Respecto a las funciones urbanas, Vigo ha consolidado su papel marítimo, de manera que es el primer puerto pesquero de
España acorde con su tradición y uno de los primeros del mundo, faenando su flota en los grandes caladeros de Terranova, Gran Sol, etc.; su reconocimiento a nivel internacional ha venido de la mano de la celebración de varias
exposiciones mundiales de pesca.
Pero también su puerto posee un importante papel tanto en lo referente al tráfico comercial como al de pasajeros, que después de un gran auge en la época de la emigración transoceánica y su descenso posterior, sigue manteniendo líneas regulares en la ría, recibiendo además numerosos buques de turistas extranjeros.
Finalmente no podemos olvidar su puerto deportivo, uno de los más modernos por sus instalaciones, que potencia la función recreativa de la ciudad. Derivado de la importancia de su puerto aparece el sector industrial, que sitúa a Vigo como la ciudad más fabril de Galicia. La industria automovilística, los astilleros, las conserveras y otras ramas alimenticias, la construcción, la
cerámica y el vidrio, la moda... son algunas de sus principales actividades dentro de una oferta diversificada.
Destacado, asimismo, es el comercio, con un área de influencia que excede la de su amplia área metropolitana y aún sobrepasa las fronteras nacionales, de manera que se puede aseverar que Vigo es la gran ciudad comercial del sur de Galicia y del norte de
Portugal.
Cabe destacar también que Vigo es la ciudad que preside una Mancomunidad de
Ayuntamientos que están dentro del área de influencia de Vigo, para así poder aunar y poder prestar mejores servicios al casi medio millón de residententes de esta Mancomunidad.