Qué gusto me da volver
a ver la Ría de Vigo,
contemplar su anochecer
con su ambiente marino.
El mar parece un espejo
iluminado por el sol que brilla
con su fantasía de fuego
que se mira en la orilla.
Arealonga está encantada
con su arena amarilla,
recibiendo el beso del agua
que en Chapela la acaricia.
Cuando la noche tranquila
traspasa el horizonte
en el Faro de la Guía,
se ilumina todo el monte.
Despiertan las estrellas,
la noche se hace fiesta
en esa Ría tan bella
que la ilusión despierta.
a ver la Ría de Vigo,
contemplar su anochecer
con su ambiente marino.
El mar parece un espejo
iluminado por el sol que brilla
con su fantasía de fuego
que se mira en la orilla.
Arealonga está encantada
con su arena amarilla,
recibiendo el beso del agua
que en Chapela la acaricia.
Cuando la noche tranquila
traspasa el horizonte
en el Faro de la Guía,
se ilumina todo el monte.
Despiertan las estrellas,
la noche se hace fiesta
en esa Ría tan bella
que la ilusión despierta.