Lo que no entiendo es a los herederos de de. Alejo Carrera, como fueron capaces de vender el castillo (para fortuna de todos nosotros, porque lo compró el estado), después de tanto trabajo como le dió a de. Alejo la restauración del mismo. Y lo mejor de todo por la irrisoria cantidad en la que fué vendido. Lástima de no tener yo el dinero para comprarlo. Jamás lo vendería. Montaría una macro-discoteca que no habría otra igual en toda España.