Basilica
Realizada por el arquitecto Ángel Goicoechea, entre 1896 y 1901, por encargo de la duquesa de Villahermosa, descendiente de la
familia de
Javier, la basílica es de estilo ecléctico y utiliza elementos del
arte románico,
gótico y bizantino. La
portada, neorománica contiene en su tímpano los nombres de los distintos lugares de Europa, Africa y Asia recorridos por Javier, y en sus
capiteles se representan distintas escenas de su vida. El interior es una nave neogótica con tribunas lombardas.
Sobre el
altar resalta una gran imagen de
San Francisco Javier, de J. Suñol, flanqueada por doce
santos jesuitas (A su derecha, Francisco de Borja, Pedro Claver, Francisco de Regis, Francisco de Jerónimo, Pablo Miki y el beato Ignacio Acebedo; y a su izquierda, Luis Gonzaga, Juan Berchmans, Estanislao de Kostka, Alonso Rodríguez, Juan de Goto y Diego Kisay) Sobre varias
puertas se encuentran pinturas italianas que representan distintos momentos de la vida de Javier en el
Castillo, obra de Caparoni.
La cripta construida bajo la
iglesia para salvar el desnivel del terreno contiene las sepulturas de los duques de Villahermosa y de la familia Goyeneche.