Sobrevivio a los terremotos del 2004.
En tiempos poseía
estación de ferrocarril, el viejo y entrañable
tren eléctrico, cárcel, una fundación piadosa para dotar doncellas bajo el patronato del párroco,
escuela,
molino.
De sus 23
casas y 87 moradores son en la actualidad -censo de 1991- 40 de derecho y 35 de hecho.
Hay noticias de la existencia de canteras calizas,
lavadero y
abrevadero.
Su
puente de tres ojos, el pequeño de ellos apuntado, conserva su peralte
medieval. En él, cuenta la
Historia, fue ahorcado el famoso ladrón Johan de Lizoayn, en la segunda década del siglo V.