Sobre estos hechos de la guerra de la Independencia en ujué, el poeta pamplonés PREMÍN DE IRUÑA, escribió hace ya muchos años unos graciosos romances que no nos resisitimos a dejar de transcribir... dicen así:
Del castillo de Pamplona
más de mil hombres salieron
mandados po Muchu Brun
el gabacho más perverso
de todos los que mandaban
el ejército extranjero.
Quedaron en San Martín
de reserva setecientos
y los restantes llegaron
llenos de odio y veneno
para descargar sus iras
sobre este pueblo indefenso.
A este pueblo de brigantes
decía el jefe extranjero,
que no quiere obedecer
a Napoleón primero
es menester castigarlo;
lo habeis de quemar todo entero.
Y los soldados franceses,
impíos y sarracenos
obedeciendo el mandato
se desparraman por el pueblo
cogiendo por todas partes
leñas, pajas y sarmientos.
Y en la casa del Vicario
el combustible metieron
pues por la casa del Cura
debían empezar el incendio.
¿Virgen de Ujué, madre mía!
¿Consentirás que este pueblo
que te alaba y te bendice
perezca pasto del fuego?
Así dentro de la iglesia
exclamaba un pobre viejo
que por sus años no pudo
huir con los demás del pueblo.
CONTINUARÁ....
Del castillo de Pamplona
más de mil hombres salieron
mandados po Muchu Brun
el gabacho más perverso
de todos los que mandaban
el ejército extranjero.
Quedaron en San Martín
de reserva setecientos
y los restantes llegaron
llenos de odio y veneno
para descargar sus iras
sobre este pueblo indefenso.
A este pueblo de brigantes
decía el jefe extranjero,
que no quiere obedecer
a Napoleón primero
es menester castigarlo;
lo habeis de quemar todo entero.
Y los soldados franceses,
impíos y sarracenos
obedeciendo el mandato
se desparraman por el pueblo
cogiendo por todas partes
leñas, pajas y sarmientos.
Y en la casa del Vicario
el combustible metieron
pues por la casa del Cura
debían empezar el incendio.
¿Virgen de Ujué, madre mía!
¿Consentirás que este pueblo
que te alaba y te bendice
perezca pasto del fuego?
Así dentro de la iglesia
exclamaba un pobre viejo
que por sus años no pudo
huir con los demás del pueblo.
CONTINUARÁ....
Y la Virgen que a Navarra
le tiene amor verdadero
al Arcágel San Miguel
y a los ángeles del cielo
los mandó todos a una
volar encima del pueblo
y con las alas formaron
tan recio y tan fuerte viento
que no consiguió el francés
a pesar de sus esfuerzos
encender los combustibles
destinados para el fuego.
Furioso el jefe gabacho
mandó traer un puchero
que alquitrán, de las calderas
del mismo Pedro Botero.
Y mando rociar las leñas
de alquitrán, que por lo negro
mesmamente parecía
su alma y corazón perversos,
mientra que llenos de rabia
decía el muy sacrílego:
- ¡Veremos si ahora la virgen
puede apagar este fuego!.
Pero la Virgen de Ujué,
madre del navarro pueblo,
le llamó a San Sebastián
el santo más milagrero
que hay después de San Fermín
y San Javier en los cielos;
y le dijo que impidiese
a toda costa el incendio.
El Santo se apareció
todo vestido de negro
y les entró a los franchutes
un miedo tan grande al verlo,
que escaparon como el alma
que lleva el diablo al infierno.
Y desde entonces, en jamás
nunca por Ujué volvieron
¡Y si no es esto milagro
que venga aquí Dios a verlo!
Ignacio Baleztena, (1887-1972), conocido como Premin de Iruña.
le tiene amor verdadero
al Arcágel San Miguel
y a los ángeles del cielo
los mandó todos a una
volar encima del pueblo
y con las alas formaron
tan recio y tan fuerte viento
que no consiguió el francés
a pesar de sus esfuerzos
encender los combustibles
destinados para el fuego.
Furioso el jefe gabacho
mandó traer un puchero
que alquitrán, de las calderas
del mismo Pedro Botero.
Y mando rociar las leñas
de alquitrán, que por lo negro
mesmamente parecía
su alma y corazón perversos,
mientra que llenos de rabia
decía el muy sacrílego:
- ¡Veremos si ahora la virgen
puede apagar este fuego!.
Pero la Virgen de Ujué,
madre del navarro pueblo,
le llamó a San Sebastián
el santo más milagrero
que hay después de San Fermín
y San Javier en los cielos;
y le dijo que impidiese
a toda costa el incendio.
El Santo se apareció
todo vestido de negro
y les entró a los franchutes
un miedo tan grande al verlo,
que escaparon como el alma
que lleva el diablo al infierno.
Y desde entonces, en jamás
nunca por Ujué volvieron
¡Y si no es esto milagro
que venga aquí Dios a verlo!
Ignacio Baleztena, (1887-1972), conocido como Premin de Iruña.