Tradición recuperada.
Dos jóvenes de Tafalla, primos veinteañeros, acapararon las miradas de muchos romeros y visitantes. Julio Ángel Ojer, de 22 años y Julio Ojer Goñi, de 23, portaron una voluminosa cruz legada por sus antepasados. La llevó su bisabuelo,
Ildefonso Ojer, y también su abuelo y sus padres. Hacía ya cuatro (desde 2001) ediciones que la imagen de madera se quedaba en casa, pero los jóvenes decidieron volver a sacarla.
La cruz pesa más de veinte kilos, «y cada kilómetro pesa más», subrayó Julio Ojer mientras descansaba en casa de unos amigos en Ujué. Los miembros de la conocida como familia ‘Cañuca’ reponían fuerzas para iniciar, también a pie, el camino de vuelta a casa.
Dos jóvenes de Tafalla, primos veinteañeros, acapararon las miradas de muchos romeros y visitantes. Julio Ángel Ojer, de 22 años y Julio Ojer Goñi, de 23, portaron una voluminosa cruz legada por sus antepasados. La llevó su bisabuelo,
Ildefonso Ojer, y también su abuelo y sus padres. Hacía ya cuatro (desde 2001) ediciones que la imagen de madera se quedaba en casa, pero los jóvenes decidieron volver a sacarla.
La cruz pesa más de veinte kilos, «y cada kilómetro pesa más», subrayó Julio Ojer mientras descansaba en casa de unos amigos en Ujué. Los miembros de la conocida como familia ‘Cañuca’ reponían fuerzas para iniciar, también a pie, el camino de vuelta a casa.