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De pirotecnia y zezenzuskos en fiestas de Ujué.
Fotos y video del amigo Mikel Burgui Entresacamos de uno de sus post la siguiente descripitiva de los fuegos de hace unos años, de cuando eramos muetes.
..."Pero alguna noche había fuegos artificiales y yo llegué a salir, acompañado de mi padre, pa verlos. En la plaza, las luces apagadas, ponían dos postes y en cada uno una rueda que cuando las cebaban (encendían) daban vueltas y vueltas haciendo muchos carronchos de fuego y echando chindas de muchos colorines pa tó los laus…
La plaza se llenaba de humo de pólvora quemada. Los estampidos que pegaban los fuegos al acabarse eran de mucho estruendo y pa remate encendían una traca mu larga que iba colgada de un lau pautro de la plaza, de una casa pautra, de otra pa otra.. haciendo zetas y muchas revueltas.
¡Madre mía, qué de tiros y qué de bombazos!: ¡Pum… catapúm pim púm, físss fúuusss Púm púuuummmm! … Al acabar todo, yo me quedabay sordo, espantau y requeteasustau por tanta chinda (chispa) que saltaba por cualquier lau, tanto humo, tanto tiro, tanto petardazo y tanto fogonazo."
Los mozos de Ujué eran muy dados a pasar por debajo de aquellos fuegos que ardián en lo alto de los postes, al lado de casa de la María la Sixta, las ruletas iban girando y arrojando chispas por doquier, pese al peligro que entrañaban, los más osados pasaban varias veces bajo una lluvia de fuego. En más de una ocasión hubo quemados. Hasta no hace muchos años todavía estaban los agujeros donde se colocaban los postes. Finalizaba la quema con una gran traca que cruzaba la plaza, colgada desde el Bar Viillar hasta la casa De Bartolomé Iriarte. En cierta ocasión, estaba el buen Sabino Ayesa, guarda del pueblo, colocando la traca, ya estaba agarrada por un extremo. (casa de la Angeles), subido en una escalera trataba de atar el otro extremo en el balcón de Bartolomá, pero hete quí que un gracioso, por su cuenta y sin previo aviso prendió la traca y el susto que recibió Sabino fue mayúsculo, afortunadamente no hubo que lamentar desgracias. ¿Qué quien fue el gracioso de turno? En Ujué le llamaban "Tudelica", los ujuetarras de toda la vida, ya sabrán quien es. Otra vez, a un conocido mío, le entró una bengala del toro de fuego por el cuello, quemándole la camisa y un poco la espalda.
La amiga Elvira Ayesa corrobora lo dicho anteriormente y dice: "Yo también recuerdo a la perfección todo lo que describes Iñaki, además era mi padre con Fausto, mi tío Joaquín y el alguacil los que ponían los postes e instalaban las ruedas de loa fuegos y les prendían las mechas. ¡Qué recuerdos!
Fotos y video del amigo Mikel Burgui Entresacamos de uno de sus post la siguiente descripitiva de los fuegos de hace unos años, de cuando eramos muetes.
..."Pero alguna noche había fuegos artificiales y yo llegué a salir, acompañado de mi padre, pa verlos. En la plaza, las luces apagadas, ponían dos postes y en cada uno una rueda que cuando las cebaban (encendían) daban vueltas y vueltas haciendo muchos carronchos de fuego y echando chindas de muchos colorines pa tó los laus…
La plaza se llenaba de humo de pólvora quemada. Los estampidos que pegaban los fuegos al acabarse eran de mucho estruendo y pa remate encendían una traca mu larga que iba colgada de un lau pautro de la plaza, de una casa pautra, de otra pa otra.. haciendo zetas y muchas revueltas.
¡Madre mía, qué de tiros y qué de bombazos!: ¡Pum… catapúm pim púm, físss fúuusss Púm púuuummmm! … Al acabar todo, yo me quedabay sordo, espantau y requeteasustau por tanta chinda (chispa) que saltaba por cualquier lau, tanto humo, tanto tiro, tanto petardazo y tanto fogonazo."
Los mozos de Ujué eran muy dados a pasar por debajo de aquellos fuegos que ardián en lo alto de los postes, al lado de casa de la María la Sixta, las ruletas iban girando y arrojando chispas por doquier, pese al peligro que entrañaban, los más osados pasaban varias veces bajo una lluvia de fuego. En más de una ocasión hubo quemados. Hasta no hace muchos años todavía estaban los agujeros donde se colocaban los postes. Finalizaba la quema con una gran traca que cruzaba la plaza, colgada desde el Bar Viillar hasta la casa De Bartolomé Iriarte. En cierta ocasión, estaba el buen Sabino Ayesa, guarda del pueblo, colocando la traca, ya estaba agarrada por un extremo. (casa de la Angeles), subido en una escalera trataba de atar el otro extremo en el balcón de Bartolomá, pero hete quí que un gracioso, por su cuenta y sin previo aviso prendió la traca y el susto que recibió Sabino fue mayúsculo, afortunadamente no hubo que lamentar desgracias. ¿Qué quien fue el gracioso de turno? En Ujué le llamaban "Tudelica", los ujuetarras de toda la vida, ya sabrán quien es. Otra vez, a un conocido mío, le entró una bengala del toro de fuego por el cuello, quemándole la camisa y un poco la espalda.
La amiga Elvira Ayesa corrobora lo dicho anteriormente y dice: "Yo también recuerdo a la perfección todo lo que describes Iñaki, además era mi padre con Fausto, mi tío Joaquín y el alguacil los que ponían los postes e instalaban las ruedas de loa fuegos y les prendían las mechas. ¡Qué recuerdos!