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Estela núm. 7
Siguiendo en la línea de sus compañeras con ejecución tosca de labra escultórica, esta pieza funeraria cierra de momento la clasificación de estelas discoideas procedentes de Ujué. Sita también en el Museo de San Telmo, de San Sebastián, su estado de erosión es grande, sobre todo por el reverso, en que la piedra se pulveriza al tacto. Es de arenisca gris, con grano fino.

Se trata de una curiosísima estela, de difícil interpretación, lo que le confiere un carácter de pieza extraordinaria. De ella dice Manso de Zúñiga: “es una estela de aspecto muy antiguo con una cruz patada en el disco y en el otro lado de éste un como puente de tres altos arcos, con círculos cóncavos entre los pilares; quizá quiso el artesano representar ahí el I. H. S. o monograma de Cristo, pero lo basto de este trabajo hace imposible su interpretación”.

Se proyectó el anverso contando con los ejes estructurales usados en la ornamentación de la estela discoidea, y que dan a ésta la armonía y simetría de fuerzas siempre perseguida. Según los ejes principales (vertical y horizontal), dispuso el cantero la cruz griega sobre la superficie de la piedra, calculando con cierto defecto de proporción las medidas de la cruz (de 27 por 28,5 cm.), y profundizando hasta los 0,7 cm. en su excavación. El resto de la decoración -la base de cuatro- fue colocada siguiendo la línea de los ejes secundarios (u oblicuos) que dividen simétricamente cada una de las escuadras y triángulos, cuya misión -tras su ahuecamiento- es la de servir a la irradiación simbólica de la cruz, no sin desdeñar, por ello, cualquier efecto óptico que pudiera producir su contemplación. Un ribete circular, obtenido por incisión de 0,2 cm., cierra en la periferia todo el ornamento, señalando en la base del disco el contraste de éste con el pie lanceolado.

El reverso es importante, pues en él se ha querido representar un motivo que bien pudiera ser un mero ejercicio abstracto, exclusivamente estimulado por un deseo caprichoso y personal del cancero, deseoso de dar a su obra una decoración completamente libre, lo que singulariza a esta pieza sobre otras, ya que por lo general las estelas repiten modelos aprendidos de memoria por los artesanos, quienes dan su sello personal a las ejecuciones. En este caso, la personalidad del autor es indiscutible, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de explicar esta decoración, muy cercana también a la representación de un puente o arquitectura arcada, de unas herramientas de trabaj vistas en plantilla, o del monograma de Cristo (IHS), visto con espíritu informalista, aunque próximo en su aspecto a otras figuraciones semejantes (p. ej. en estelas vascofrancesas de Arbonne y Larresore). Cabría, pues, la interpretación de estos signos como iniciales del “Iesus Hominum Salvator”, tan común en estelas vascas y claves de portada navarras, pero concebidas por el artesano libremente, ya que no es nada común encontrar así representado el tal monograma. No niego esta posibilidad, pero me planteo si no será cierto que estemos ante un caso de arte popular abstracto, acaso justificado por el deseo de relacionar convencionalmente esta piedra funeraria con una casa determinada, en orden a evitar confusiones de propiedad sobre la tumba familiar. Esto explicaría que en el canto de la estela se volviera a trazar un esquema de tres incisiones con tres concavidades, acaso repitiendo el modelo decorativo del reverso, igualmente en orden a la identificación. No cabe duda alguna que la estela dice un algo a través de un diálogo secreto, expuesto en clave, lo que es tan corriente en estos monumentos (ahí tenemos las estelas de San Martín de Unx, Egüés, Eransus y Oscáriz, por citar sólo cuatro ejemplos de Navarra), que hoy por hoy tienen un sentido no del todo reconocible.

Estructuralmente la decoración de esta cara se ha proyectado con cierta libertad, sin duda porque la atención del autor se dirigía más hacia el significado y menos a la simetría de las formas, consiguiendo la estética a través del juego de niveles por medio del bajorrelieve (de 0,3 cm. en el ribete inciso a 0,7 cm. en los círculos y vanos centrales) y de un cierto equilibrio en la colocación espacial de las formas, lo que presta bella apariencia a este lado.

En el canto se hizo un trazo longitudinal de 16 cm., con tres trazos perpendiculares de 6 a 7 cm. de anchura y 0,5 cm. de profundidad, quienes al cortar la línea longitudinal presentan tres pocillos de 1 cm. de concavidad.

Las medidas de la estela son:

Diámetro del disco: 36 cm. en sentido vertical y 39,5 tomada la medida a lo anch
Espesor: el disco oscila entre 9,5 cm. en la parte superior y 12 cm. en la zona del cuello. En el pie, el grosor es de 15 cm.
Anchura del cuello: 21 cm.
Longitud total: 59,5 cm.
Anchura de la base: en su parte superior o cuello es de 20,5 cm. y en la parte inferior de 14 cm.