Sobre el empedrado de calles estrechas, Juana Rosauro Elduayen, de Pastas Urrutia, descubre una invitación “al silencio, a la ensoñación y a revivir la historia” de un pueblo único. “Ujué -dice- tiene muchos matices y también aromas. Huele a galleta o a torta de Txantxingorri, pero también a piedra de castillo, a pan recién hecho, a almendras garrapiñadas y a leña de invierno”.
Cree que la belleza del conjunto se aprecia desde una mayor perspectiva, como ocurre con un lienzo sobre el que es necesario tomar distancia. “Ya sea viniendo desde Tafalla o desde Murillo, lo que se ve es un pueblo magnífico en la cima de una montaña. Unos rayos de sol, unas nubes.., lo envuelven en un misterio”.
Cree que la belleza del conjunto se aprecia desde una mayor perspectiva, como ocurre con un lienzo sobre el que es necesario tomar distancia. “Ya sea viniendo desde Tafalla o desde Murillo, lo que se ve es un pueblo magnífico en la cima de una montaña. Unos rayos de sol, unas nubes.., lo envuelven en un misterio”.