Juan me llevaba más de cuarenta años; nos distanciaban dos generaciones. Yo, un rapaz dedieciseis años, lo perdí de vista a causa de la Guerra Civil. Era el año de 1937, mes de marzo, cuado ESPEJO se llenó de italianos, acantonados en los pueblos del suroeste alavés, de cara a la próxima ofensiva sobre Vizcaya.
Juan me hizo unas botas a la medida en cuero crudo que debería de cuidarse con grasa de caballo. Eran unas botas cargadas de herrajes, a imitación de las que calzaban los artilleros italianos. ... (ver texto completo)
Juan me hizo unas botas a la medida en cuero crudo que debería de cuidarse con grasa de caballo. Eran unas botas cargadas de herrajes, a imitación de las que calzaban los artilleros italianos. ... (ver texto completo)