Hace ya unos años, José Ignacio Dominguez Amescua, nos deleitó con un trabajo sobre los relojes de sol de Valdegovía, con un exhaustivo detalle sobre los mismos y documentado con sus correspondiente fotografías, indicando sus características, situación, tipo de reloj de sol, antigüedad.
Hay relojes de sol en las Iglesias de Bachicabo, Basabe y Corro, dos en cada una de ellas, Quintanilla, Tobillas y Tuesta, así como en casas particulares en los pueblos de Cárcamo y Villamaderne.
Todos estos relojes nos marcan las horas astronómicas y existe uno en el Ayuntamiento denominado canónico que marca los momentos de los rezos. ¿Se invirtió hace muchos años los papeles en este Valle y el poder civil nos determinaba las funciones religiosas y el poder eclesiástico las funciones civiles?
Pero a sus ojos e incluso a los de muchos espejeños se les había escapado la existencia de un bello reloj de sol en el pueblo de Espejo, situado en la conocida Casa Palacio de los Salazar, en la calle Saturnina Salazar, y que en el siglo pasado fue conocida por albergar en ella el cuartel de la Guardia Civil como aún se recuerda en Espejo, y situado a la izquierda del hermoso escudo heráldico que preside su fachada, a la derecha del balcón.
Dicho reloj, en magnífico estado de conservación, carecía de su correspondiente varilla o gnomon, y al efecto la familia Pinedo propietaria de la casa, en contacto con el experto José Ignacio Dominguez Amescua, quien ha diseñado la nueva varilla y dado las indicaciones técnicas oportunas, ha procedido a su recuperación total y lucimiento en su fachada.
Este reloj de sol es de la época de la construcción de la casa, datada a mediados del siglo XVII, construida por la familia Salazar, en una primera fase en una sola planta y que a principios del siglo XVIII elevó con una segunda planta para dejarla como la conocemos ahora. De la historia de la familia Salazar en Espejo y de la casa y torre anexa podremos hablar en otro artículo, así como del magnífico escudo heráldico que la preside.
El reloj de sol, tal y como nos lo describe el experto citado, es un artilugio que funciona por la proyección de la sombra de un gnomon o varilla, sobre una superficie cualquiera, el tipo y posición de esta superficie, determina la clase de reloj. Este reloj es de la clase denominada vertical ya que se encaja en una pared o muro. La pared de esta casa donde su ubica el reloj mira hacia poniente, y vemos el estilo situado a la derecha de la línea de las doce pero no coincidente con ella. Las líneas horarias están más juntas por la tarde (derecha de la línea de las doce) y más separadas por la mañana. Este reloj se denomina declinante a poniente. El número de horas útiles que abarcan los relojes declinantes depende de los grados de declinación con respecto al eje este – oeste del muro que los soporta. En este caso la declinación es de 12º y el reloj está trazado como orientado. Los relojes de sol orientados marcan todas las horas de presencia del sol, como es el caso del reloj de sol que tratamos.
Este reloj presenta la curiosidad de que sus números no son romanos como en los relojes habituales de esa época y como se pueden ver en la mayor parte de los otros relojes de Valdegovía. Sus números son arábigos y tienen su propia curiosidad: los números 2 de la propia cifra y de la hora 12, están representados por una forma de Z invertida
Hay relojes de sol en las Iglesias de Bachicabo, Basabe y Corro, dos en cada una de ellas, Quintanilla, Tobillas y Tuesta, así como en casas particulares en los pueblos de Cárcamo y Villamaderne.
Todos estos relojes nos marcan las horas astronómicas y existe uno en el Ayuntamiento denominado canónico que marca los momentos de los rezos. ¿Se invirtió hace muchos años los papeles en este Valle y el poder civil nos determinaba las funciones religiosas y el poder eclesiástico las funciones civiles?
Pero a sus ojos e incluso a los de muchos espejeños se les había escapado la existencia de un bello reloj de sol en el pueblo de Espejo, situado en la conocida Casa Palacio de los Salazar, en la calle Saturnina Salazar, y que en el siglo pasado fue conocida por albergar en ella el cuartel de la Guardia Civil como aún se recuerda en Espejo, y situado a la izquierda del hermoso escudo heráldico que preside su fachada, a la derecha del balcón.
Dicho reloj, en magnífico estado de conservación, carecía de su correspondiente varilla o gnomon, y al efecto la familia Pinedo propietaria de la casa, en contacto con el experto José Ignacio Dominguez Amescua, quien ha diseñado la nueva varilla y dado las indicaciones técnicas oportunas, ha procedido a su recuperación total y lucimiento en su fachada.
Este reloj de sol es de la época de la construcción de la casa, datada a mediados del siglo XVII, construida por la familia Salazar, en una primera fase en una sola planta y que a principios del siglo XVIII elevó con una segunda planta para dejarla como la conocemos ahora. De la historia de la familia Salazar en Espejo y de la casa y torre anexa podremos hablar en otro artículo, así como del magnífico escudo heráldico que la preside.
El reloj de sol, tal y como nos lo describe el experto citado, es un artilugio que funciona por la proyección de la sombra de un gnomon o varilla, sobre una superficie cualquiera, el tipo y posición de esta superficie, determina la clase de reloj. Este reloj es de la clase denominada vertical ya que se encaja en una pared o muro. La pared de esta casa donde su ubica el reloj mira hacia poniente, y vemos el estilo situado a la derecha de la línea de las doce pero no coincidente con ella. Las líneas horarias están más juntas por la tarde (derecha de la línea de las doce) y más separadas por la mañana. Este reloj se denomina declinante a poniente. El número de horas útiles que abarcan los relojes declinantes depende de los grados de declinación con respecto al eje este – oeste del muro que los soporta. En este caso la declinación es de 12º y el reloj está trazado como orientado. Los relojes de sol orientados marcan todas las horas de presencia del sol, como es el caso del reloj de sol que tratamos.
Este reloj presenta la curiosidad de que sus números no son romanos como en los relojes habituales de esa época y como se pueden ver en la mayor parte de los otros relojes de Valdegovía. Sus números son arábigos y tienen su propia curiosidad: los números 2 de la propia cifra y de la hora 12, están representados por una forma de Z invertida