Aquella tarde transcurría con tranquilidad, pues ya había subido casi hasta arriba del monte, pero faltaba aun un trocito de camino, y en aquel trozo pudieron absorban la cantidad de florecillas que había en las orillas del camino, como si las hubieran puesto para que Pili y su marido se deleitasen viéndolas por primera vez, puesto que a raíz de toda el agua que hemos tenido ultimamente ha salido como si fuera un trigal en el mes de Junio, como estaba ese trozo de camino que todos podemos ver que...