Mi pueblo está entre dos ríos, EL TALANDA, afluente del DUERO y EL MONTOYA, arroyo del TALANDA. Pero yo vivo muy cerca del MONTOYA, mi arroyo.
Yo más que del TALANDA del MONTOYA...
que recuerdos me trae de sus orillas,
en las tardes pasadas de chiquilla
a la sombra del álamo en sus hoyas.
En tí encuentra refugio quien se apoya.
Tú, que antes que al PIÑERO en otras villas
seguro que has oído maravillas
que regalan los novios a sus "joyas".
Y bajaban tus aguas cristalinas
que regaban el huerto de mi padre.
¿Y tenían los rosales espinas?.
¡LOS BLANCOS CRISANTEMOS DE MI MADRE!
Y mi abuela regaba... ni imaginas...
con tus aguas las flores en la tarde.
Noemí.
Yo más que del TALANDA del MONTOYA...
que recuerdos me trae de sus orillas,
en las tardes pasadas de chiquilla
a la sombra del álamo en sus hoyas.
En tí encuentra refugio quien se apoya.
Tú, que antes que al PIÑERO en otras villas
seguro que has oído maravillas
que regalan los novios a sus "joyas".
Y bajaban tus aguas cristalinas
que regaban el huerto de mi padre.
¿Y tenían los rosales espinas?.
¡LOS BLANCOS CRISANTEMOS DE MI MADRE!
Y mi abuela regaba... ni imaginas...
con tus aguas las flores en la tarde.
Noemí.