Como si de una carrera ciclista se trataría pero sin bicicletas, y entre viñas y barbechos circulaba esa serpiente multicolor que dicen en el ardot del ciclismo, esos marchosos que sin mirar lo que les quedaba para llegar a su destino, marchaban por esos caminos que les conduciría hasta ese sitio tan ansiado para tomarse un refresco, que les animaría un poquito el cuerpo con su frescura por que con esa caminata aunque no muy grande se merecían un refrigerio y al final del trayecto lo encontrarían, como se están deleitando con los olores que esas hierbas de los barbechos desprenden como si estarían esperándolos para empezar a soltar sus efluvios, que guardan para esta ocasión, con razón que la marcha se llame entre viñas por que ya se ve bien palpable lo que se encuentran en ese peregrinar hasta el final de la marcha,