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OYON: Desde tiempo indefinido, la comunidad es un conjunto...

Desde tiempo indefinido, la comunidad es un conjunto de personas que conviven, en usos, costumbres, folklore, etc., en un medio concreto y determinado.
Desgraciadamente son pocas las manifestaciones folklóricas que han llegado hasta nuestros días. El tiempo, la desidia y, en ocasiones, el deseo de ruptura con los ritos tradicionales se llevaron gran parte de la riqueza folklórica de la villa.
"Los libros de Actas y de Cuentas" del Archivo Municipal oyonés, nos hablan reiteradamente de multitud de danzas, festividades, alardes y demás manifestaciones de las que la villa oyonesa estaba también surtida. Y, lo peor, para desconsuelo de nuestras futuras generaciones, es que muchas de ellas han desaparecido muy recientemete, siendo todo ello desolador.
Hoy hablaremos del los Conjuros y de los Saludadores o Saludadoras en su caso.
CONJUROS: En 1643 se le dieron 12 reales a un fraile que vino a conjurar los olivos. La gran preocupación que tenían los labradores eran las tormentas, por lo que celebraban rogativas especiales, cuando el tiempo 'se ponía malo para el campo y para evitar la 'epidemia de gardama, sapo, cosquilla y cuquillo en las viñas y olivares, se hacían Conjuros o bien en ocasiones era llamado un Saludador /a. Mi entrañable y gran amigo don Joaquín Jiménez (gran historiador alavés) me pasa una nota al respecto de este tema: "Pueden considerarse las más significativas las llamadas "fiestas del Mayo" las bendiciones del campo, las cruces, el "tente-nube" y otras prácticas de conjuro. El "tente-nublo", aunque se ha perdido la costumbre muy reciente, o por haber electrificado las campanas, o por simple dejadez injustificada, ha constituido práctica común en todos los pueblos alaveses el toque de campanas "al temporal" sustituyendo al "toque del Ángelus" desde el 3 de mayo hasta el 14 de septiembre, fiestas dedicadas a la santa Cruz. Es éste un toque que requiere cierta habilidad tiene un tañido con un ritmo especial y es propicio a hacer cantar a los que oyen las acostumbradas letras de carácter conjurante, más o menos parecidas en todas las aldeas y que demuestran claramente que el objeto del tañido es el alejar del pueblo a las tormentas antes de que se produzcan: Tente nube, tente en ti / no te caigas sobre mi/. Si eres agua ven acá / si eres piedra vete allá".
Y, por si acaso este cuidarse de las tormentas, era poco, todavía hacía más el Concejo de la villa de Oyón, puesto que tenía asalariado a un "Saludador", que con sus "encantos y brujerías" conseguía sanar a los animales devolviéndoles la salud y curar la rabia en personas y animales. Al respecto Gerardo López de Guereñu señala: "Esta gracia especial solía ser privativa del septimo varón que nacía en una familia, que por ello se decía que tenía una cruz impresa debajo de la lengua, y esta merced particular era común en ambos sexos".
Efectivamente, los libros de cuentas demuestran cómo unos años era el saludador, el que acudía a la villa, y otros años era la saludadora y en algunos años, ambos saludadores juntos, sirvan estos datos: Año 1635: "Yten se le pasan en cuenta diez maravedíes que se le dieron a un saludador". En 1647: "Yten da por descargo haber gastado y dado a un saludador que vino a esta villa a saludar vecinos y el ganado mayor y menor se le dio ocho reales por su trabajo, y lo demás se gastó en darle de comer y cama y al otro día de almorzar y comer, que todo monta trece reales".
El Concejo era extremadamente meticuloso con la salud de los vecinos, sirvan estos datos: Año 1684 "Dieciocho reales se gastaron en un novenario de misas por la salud del pueblo". Y en 1726: "Cuarenta y cinco reales se gastaron en la procesión que se hizo por la salud de los enfermos en cera y cohetes". Manolo.